martes, 17 de marzo de 2015

Continuidad en el tiempo. O tirar muchos dados muchas veces.

Pese a vivir en la misma Casa, hace días que no veo a Rabangito.

Preferimos que nos lo entreguéis vivo.

No voy a empezar hablando de nada relacionado con el mundo del rol. Voy a empezar hablando sobre cómo, hará cosa de una semana, en el taller, empecé una reparación muy bien. Pero, conforme iba avanzando el trabajo, la reparación se torció cada vez más hasta el punto de que tuve que deshacer todo lo trabajado y empezar de cero. Y, pese a que asumo orgulloso parte de la culpa, tengo que culpar también a mi compañero, que fue un patán y nos retrasó muchísimo.

Y hasta aquí la anécdota. Esa mañana me dio para pensar un rato largo. ¿Qué salió mal? Salió mal que, conforme pasaba el tiempo, me iba desconcentrando más. Era una tarea que sabía hacer, pero que se me torció. ¿Y por qué no llevar esto a nuestro mundo del rol? ¿Pero cómo? Y ahí estaba yo, dándole vueltas al tema, hasta que hace un par de días mi buen amigo +Dorian Vizsnic me vino a comentar lo mismo. Un pensamiento que surgió en nuestras mentes de manera casi simultanea. Muy bonito, no homo. ¿Y a dónde llegamos? Pues a que nos deberíamos tomar más en serio el paso del tiempo en el desarrollo de una prueba de habilidad. Básicamente: hacer una continuación de tiradas para según qué pruebas de habilidad. El problema que nos encontramos es, ¿qué pruebas si merecen esta continuación de tiradas y qué pruebas no?

La respuesta la encontramos en la continuación en el tiempo. Una acción como podría ser recordar (o saber) algo, es instantánea. O lo sabes o no. Lo mismo pasa con las habilidades de la rama de la percepción, donde se decide si el personaje se da cuenta de ese asesino que ha doblado la esquina en un momento determinado y finito en el tiempo. Pero, ¿qué pasa con las acciones continuadas en el tiempo, como podrían ser trepar, falsificar un documento e incluso interpretar una canción? ¿También vale solo una tirada? Un hombre sensato diría que sí, que con una tirada sobra. No. Una tirada no es suficiente. Algo que empieza bien puede no terminar bien. Y eso os lo puede decir cualquiera que sea músico o sufra de eyaculación precoz.

A ver si adivináis qué acción continuada fallaron aquí.

Luego está el problema de cómo contabilizar cuánto tiempo pasa para que una prueba de habilidad requiera diferentes tiradas. Centrándonos en el caso concreto de trepar, no es lo mismo superar un pequeño muro que hacer una escalada. Un claro caso de acción instantánea y acción continuada. Creo que queda bastante claro que el problema no los encontramos en las habilidades, sino en la acción a realizar. A ver, que no podemos englobar unas habilidades como inmediatas y otras como continuadas porque se pueden dar diferentes casos para el uso de una misma habilidad.

La siguiente contrariedad es el número de tiradas necesarias para superar un desafío continuado. Aquí viene el problema padre: ¿Cuántas veces vamos a hacer tirar dados a nuestros jugadores? ¿Siempre con la misma dificultad? ¿Bonificamos las tiradas excepcionalmente buenas? Llegados a este punto, ni siquiera yo sé responder correctamente a estas preguntas. Supongo que es cuestión de los gustos y preferencias del Director de turno. Con respecto a cuántas veces tirar, yo diría que depende del desafío a enfrentar. Si tomamos estas pruebas de habilidad como un combate por turnos, podríamos cuantificar cuántos turnos han de superarse para completar la prueba. Y, por tanto, podríamos hacer que cada turno equivaliese a una tirada. Creo que esta forma es la más sencilla de afrontar estos desafíos o pruebas continuadas en el tiempo. ¿Las dificultades? Pues aquí yo diría que deberían ser variables. En una escalada, al igual que en la interpretación de una canción, hay tramos más difíciles que otros. Pero supongo que también depende del caso, pues nadar en una piscina, por ejemplo, si debería tener una dificultad fija por razones obvias que no me voy a parar a mentar. Finalmente, nos encontramos con el tema de las bonificaciones. Si en la tirada anterior el jugador consigue completar la tarea con éxito, hay quien diría que un éxito tan grande le ayuda a superar la siguiente dificultad con un bono de tal o cual. Pero eso es para Directores benévolos. Yo, por mi parte, digo que no. Pero, al igual que con las otras dos incógnitas, depende al final de los gustos particulares de quien dirija. Y no voy a meterme en ese percal, que después me tacháis de opresor.

Otro día, con más tiempo, os comentaré el tema de las ayudas en las pruebas de habilidad. Por mi situación personal actual, me estoy dando cuenta que tener un compañero que te ayude a hacer algo no siempre es bueno. Pero eso son letras de otra publicación, porque esto es un blog y no una panadería.

Borgeos.

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