jueves, 21 de mayo de 2015

La Problemática MMORPG. O farmear, mejorar, matar, repetir.

Antes solía poner cosas medio ingeniosas y con gracia escasa o negativa en estos encabezados. Ahora, pongo estas mierdas. Y eso está feo.

En la sesión anterior con mi grupo de juego empecé una trama de intrigas y espionaje enmarcada dentro del sandbox de Las Mil Espadas que se juega a la vez desde Cádiz y Barcelona. En esa primera sesión que jugamos, marchaba todo sobre ruedas. Al principio los personajes de mis jugadores debían enfrentarse a una serie de frenéticas escenas de acción y persecución, siendo ellos los perseguidos, pudiendo hacer más bien poco que reaccionar ante los eventos que se desarrollaban a su alrededor e intentar de la mejor manera posible continuar vivos. La sesión se saldó con uno de los personajes mancos y el resto con heridas más o menos graves. Los jugadores estaban pletóricos y yo también porque, ciertamente, nos habíamos divertido como niños chicos jugando.

Luego llegó la segunda sesión, que jugamos ayer mismo. El planteamiento era diferente. Los personajes habían quedado como fugitivos y tenían a la guardia de varias naciones dándoles caza. Debían pasar inadvertidos, infiltrarse en lugares y cumplir la misión que les metió en todo este embrollo. Y cuando las cosas se pusieron sutiles y la interpretación e investigación tomó más peso que el combate y la acción, mis jugadores se vinieron abajo. Se desconectaron de la partida sin saber qué hacer, esperando que yo, como Director, les guiase hasta la siguiente escena de una forma pasiva y cansada. Y eso solo en el mejor de los casos. El peor de los casos fueron las salidas de interpretación y la falta de seriedad a la hora de actuar. No quedaron contentos con esa sesión. Ni yo tampoco. Y quizás, solo quizás, fuese culpa mía.
Una Directora cualquiera y su reacción cuando su grupo no se divierte.
He estado reflexionando sobre todo esto, pensando qué pudo salir mal. Si os volvéis a leer el título de esta entrada entenderéis a quien culpo, además de a Tolkien, quiero decir. Y es que considero que una de las cosas por las que estas tramas de carácter más sutil no funcionan es porque los videojuegos de tipo MMORPG, o incluso RPG, sin el MMO delante, han contaminado la mente de jugadores más jóvenes e inexpertos, como es el caso del grupo de juego que he montado aquí en el sur. 

Este tipo de juegos nos han acostumbrado a avanzar de forma pasiva, sin tomar decisiones relevantes y a ser guiados por el mundo a golpe de PNJ parlante que nos cuenta la trama. Y cuando nos encontramos a un enemigo, rival o adversario de una relevancia considerable, la forma más rápida de acabar con el problema es a golpe de espada. Un golpe maestro en la cabeza, un montón de sangre y se acabaron nuestros problemas. Esa forma de jugar me parece horrible. 

La solución que le encuentro a este problema no es otra que la de jugar más a rol clásico, sin necesidad de caer en movidas de la old school, señores, y comprender que el juego de mesa necesita una implicación más notable que el que se juega con un mando. Esta conclusión puede parecer simple, y ciertamente lo es, pero la ejecución de algo tan sencillo es más complicada de lo que podríamos imaginar.
"Las motivaciones de este francotirador pueden ser varias y nos pueden conducir a la siguiente pista. Quizás deberíamos interrogarlo antes de matarlo" dijo nadie nunca.

Creo que abriré una clínica de desintoxicación para jugones.

Borgeos.

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