Un desafío igualado es el primer paso hacia el desastre |
El tema que nos traía no era otro que lo difícil que resulta programar encuentros interesantes dentro de una partida de rol, y la verdad es que es una tarea ardua y demasiado compleja que generalmente se hace mal. El problema de esto es que por lo general el director de juego común no entiende bien lo que significa un desafío. Y entre nosotros, los manuales tampoco ayudan.
El problema es que es fácil quedarse corto, o lo que es peor, pasarse de rosca a la hora de diseñar un buen desafío. Quedarse corto es un problema, ya que si el desafío no es lo suficientemente potente los jugadores se aburren porque el desafío no supone un reto ... bla bla bla mis cojones en vinagre. Realmente si te quedas corto lo que consigues es un grupo de jugadores flipados, descabezando trasgos de mil formas distintas a cual más gore que la anterior y sintiéndose tremendamente poderosos.
Lo realmente problemático es pasarse de la raya y poner desafíos demasiado complicados. El resultado aquí es que terminas jugando a los enemigos a medio gas o matándolos de sida en mitad del combate para no cargarte por el camino a ningún personaje jugador, si es que no te lo has cargado ya.
¿Tu estas seguro de que has calculado bien el valor de desafío? |
Pero tio Rabange, ¿cómo podemos hacer un buen desafío?. Me alegra que me lo preguntes. El secreto para hacer un desafío bueno e interesante es bastante simple. Nunca busques un encuentro equilibrado. Es así, los jugadores no pueden enfrentarse al enemigo en igualdad de condiciones. Los heroes tienen que tener ventaja. Ante todo un desafío tiene que ser solventable.
¿Entonces cual es el secreto? Pues el secreto es que un desafío siempre tiene que ser fácil (o al menos absequible) pero tiene que parecer difícil. Envuelve el encuentro de epicidad, ponle al malo sus mejores galas malignas y haz que cuando acabe el combate los jugadores se vayan diciendo "Dios, hemos matado al nigromante de la torre negra" en vez de la realidad, "hemos dado una paliza a un pringao porque eramos cuatro contra uno". Ese amigos míos es el gran secreto, ponles las cosas fáciles a los jugadores y hazles creer que están haciendo algo grandioso. Y siempre, ante la duda de si un desafío es o no apropiado, mejor quédate corto, que ya lo harás épico con unas buenas descripciones y un poco de prosa.
Y eso es todo de momento...
Yo en realidad venia a mirar el contador del agua pero un pavo en la puerta me dio esta armadura y... |
Y eso es todo de momento...