Lo cual es una situación ideal para el tema que nos atañe: muerte, reencarnación, gente que vuelve a los siete días porque se había dejado la olla en el fuego, etcétera.
Esta entrada, cómo bien indican las dos ies mayúsculas del título, sucede a Cómo tratar las almas I. En dicha entrada especulaba sobre las posibilidades que daría que el alma tuviese tres partes: instinto, razón y equilibrio/vida. Hoy toca:
C3: línea directa al Otro Barrio con enlace en... |
Sí, fantasmas; no conductores de autobús obesos y verdes. Me gusta ver los fantasmas como almas (cuyo cuerpo murió, obviamente) que permanecen en la tierra interactuando en cierto modo con los vivos y no como el eco maligno de una criatura que murió de forma trágica o fue castigada de igual manera.
En La Senda de los Fantasmas (otro en la larga lista de suplementos de D&D 3.5) lo plantean de una forma muy curiosa. Al morir, un humanoide (porque se ve las otras criaturas no tienen almas 2.0) se convierte en un fantasma. Los fantasmas deben viajar a Manifiesto para pasar al verdadero más allá. Aunque pueden hacerlo a mach 4 con la Corriente Etérea y así evitan que los bichos etéreos malos se los coman (suponiendo eso su muerte; dicho de otra manera: llegar al más allá de manera instantánea). Las peculiaridades de dichos fantasmas son que pueden decidir quedarse más tiempo de la cuenta (hasta que suben de nivel y ascienden) y que pueden tomar forma física a base de ectoplasma o bien poseyendo un objeto o criatura.
Me parecen puntos interesantes esos. La "permanencia" después de muerto y la capacidad de tomar formas físicas (pero eso es algo que es casi inherente a la condición de fantasma que me ha hecho tener el cine y otras tantas fuentes). Vamos con la permanencia, pues. Mueres y tu alma se queda encima mirando tu cuerpo hecho mierda, hasta ahí bien. Ahora, ¿qué impide a un fantasma decidir vivir eternamente como tal?. Considero que las almas son una inmensa fuente de poder, los propios dioses las reclamarán sus armas. Una parca a su lado para guiarle por el Etéreo y ayudarle a ascender. Si deciden y logran quedarse los propios mortales intentarán darles caza para usar sus almas en quién sabe qué.
Y la pena de muerte sería un castigo a veces poco condenatorio. Se habrían de crear jaulas de almas, rituales para atraparlas, materiales o métodos para cazarlas, etcétera. En 13 fantasmas emplean algo tan común como el cristal.
¿Artista marcial con puños americanos de cristal para eliminar fantasmas incorporales? NECESITO ese personaje. |
Además, cuando te cargas a uno te deja un bonito charco de ectoplasma que bien puede servir para...
(Sí, es una vagina de plástico) |
Y una de conclusiones:
- Las criaturas que tengan alma racional podrían permanecer voluntariamente durante cierto tiempo en el otro lado, resistiéndose a la llamada. Mientras que aquellos que carezcan de dicha alma sólo lo harían al morir de manera trágica (fantasma tocahuevos de toda la vida) y de forma involuntaria.
- El temor a la muerte sería menor. Ya no se cree en la vida eterna y variantes, sino que se sabe a ciencia cierta. Los funerales podrían tener otro enfoque, así como los mediums y la gente realmente sensible al otro lado.
- Como fuente de poder que es el alma, los fantasmas (malignos o no) serían cazados por humanos con las armas y preparación adecuada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario