Hace unas semanas le comenté a +E. Borgeos (y hace bastante
poco a +Juan Castro), después de un tiempo con autohype al leer sobre sandboxes (en
especial éste) y ese tipo de artículos de jugar a rol a lo retro, de
llevar ambos a cabo partidas en un mismo entorno. Cada uno dirige a un grupo de
personajes que trabaja para Las Mil Espadas, una organización de exploración,
escolta, caza de criaturas y otras dedicaciones de índole aventuril extendida
por medio mundo. La acción ocurre en Quir, un país al sur del continente donde
usar la magia apenas conlleva peligros y la tecnología apenas ha llegado, a
excepción del ferrocarril y armas de fuego para la gente más adinerada.
Que levante la mano el que esté haciendo su propio juego de rol. |
Los grupos se están estableciendo en Lincía, en una mansión
en no muy buen estado adquirida recientemente por Las Mil Espadas. Allí reciben
los encargos del sur de Quir o aquellos que en la sede de la capital no pueden
abarcar. Hemos dividido el mapa en hexágonos (muy oldschool todo) para los Directores poder ponernos al tanto de qué
cosas ocurren en qué zonas. Del mismo modo que los jugadores lo hacen entre sí. Y hasta tal punto es así que jugadores en diferentes localizaciones geográficas de España son capaces de hacer convivir a sus personajes en una única localización, compartiendo recursos, recompensas y misiones.
Alfil a Reina 4. |
Aunque, por motivos geográficos antes nombrados, sepamos que muchos de los que
jugamos este sandbox no vamos a compartir mesa, el tener un grupo de chat donde
ves los avances y consecuencias de las acciones de los otros personajes le da un
toque MMO bastante divertido. Pero también desarrolla cierto aire de competición, hasta el punto de que tanto nosotros los Directores (+E. Borgeos el que más) y nuestros jugadores teorizan y hacen cálculos sobre quien de ellos es más poderoso, o sobre quien de ellos morirá antes viendo lo que hacen.
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