lunes, 22 de diciembre de 2014

Sobre magia. O cómo tratar las artes arcanas.

Hace ya años que me vengo cabreando partida tras partida con el mismo tema, con el tema de la magia. Desde mi punto de vista, nada humilde, la magia es un elemento de una magnitud tal que debería perturbar profundamente cualquier ambientación en la que aparezca.

A fin de cuentas, ¿qué es la magia, si no la capacidad de alterar la realidad de forma temporal o permanente? En nuestros mundos de fantasía aparece de distinta forma. A saber: o bien es un Velo que está ahí desde siempre, o bien una energía cedida a los mortales por los dioses. Y estos son solo dos ejemplos de las innumerables variantes de magia que salgan de vuestra enrevesada mente. Hay mil maneras de definir a las artes arcanas, pero hay una pregunta más interesante que hacerse a la hora de enfrentarse al tema mágico en el encuadramiento de una ambientación: ¿Qué supone la magia en este mundo?

Un mago cualquiera en su día a día de epicidad.

Para mí, la magia supone un peligro, independientemente de su procedencia o su rareza. La magia destruye, por obligación, cualquier conocimiento que podamos tener de antropología o historia. Con la magia de por medio no podemos hacer nada ni siquiera parecido a lo que ha sido la historia de la Humanidad, porque es el equivalente fantástico al antagonista de la evolución tecnológica. ¿Para qué querría yo inventar la rueda si hago chás y aparezco a tu lado? La magia, en definitiva, tiene esa desastrosa capacidad de destruir la cultura.

Esta visión puede resultar aterradoras, sí. Soy perfectamente consciente de ello. Tan consciente soy que, de hecho, a mí mismo me aterra. Hay que saber tratar este elemento en el mundo para que este último parezca un mundo de verdad y no una fantasía quinceañera mal dibujada. Dependiendo de la cantidad de potencial mágico que decidamos incluir en nuestra ambientación, la sociedad debería cambiar de manera significativa. Por lo antes dicho, no es lo mismo un mundo en el que solo una de cada diez mil personas es mago o usuario de la magia que un mundo en el que cada pueblo asqueroso perdido de la mano de Dios hay un alquimista, una torre de magos o cuatro Hogwarts por barrio.

Ese es el primer punto a tratar. ¿Cuántos usuarios de la magia hay en el mundo en el que desarrollamos nuestras aventuras? ¿Es una Tierra Media o es un Londres del 9 y 3/4? Tolkien, por su parte (Y por muy poco que me guste ese viejo cabrón) pudo permitirse el lujazo de crear un mundo fantástico bien definido socioculturalmente, con sus buenas raciones de magia y sus 5 buenos magos, dioses aparte. El mundo mágico de Rowling, tal cual lo veo yo, es un sinsentido encima de otro en cuanto a organización social y cultural se refiere. Con tanto poder de tanto usuario mágico, ¿cómo se sostiene la sociedad y por qué? Te hablan del Ministerio de la Magia, de magos policías y de prisiones para magos. Pero la verdad es que, en el mundo de Rowling, cualquier imbécil podía vivir como un señor si tenía una varita mágica. Toda la estructura se viene abajo cuando puedes tener un coche que vuela y meterlo en tu bolso sin fondo. ¿Para qué sirve el dinero si puedes convertir el agua en vino? Quizás no haya sido capaz de explicarlo del todo bien.

Neville Longbottom, ese mago multiclase que acaba salvando el día siempre.

Da igual lo que hayáis respondido a la pregunta que antes os hice. A esa de cuántos usuarios de la magia hay en vuestro mundo. Realmente da igual el número. Al final lo único que cuenta es la actitud que tenga la sociedad hacia esa capacidad de algunos de manipular el entorno a voluntad. Y yo solo veo dos posibles alternativas: Aceptación o Destrucción.

Puedes aceptar la magia y a sus usuarios. Puedes dejarlos campar a sus anchas y que los magos hagan lo que puedan. Hay múltiples arquetipos de mundo para este camino de Aceptación. Podríamos encontrarnos con sociedades basadas en una tiranía mágica, donde los pobres desafortunados que no tienen el don de la magia son poco menos que animales de carga o esclavos. O con mundos primitivos y salvajes donde lo sobrenatural impera y la sociedad se reduce a pequeñas agrupaciones de usuarios mágicos. O podríamos encontrarnos con ambientaciones tan maravillosas como el mundo tribal que todavía hoy podemos encontrar en África. El caso es que con un nivel mágico tan grande las necesidades de la población se ven rápidamente satisfechas por trucos de nivel 0. No habría una necesidad imperante de desarrollar herramientas, por ejemplo. La cultura se estancaría junto con el desarrollo de la tecnología. La estética pasaría a un segundo plano. O podría ser que no. Las posibilidades son infinitas, y no todas tan feas. 

Aunque quizás te tira más el grupito que formamos Torquemada y yo por las noches y optas por la alternativa de la Destrucción. "La magia es un mal para el mundo y hay que erradicarla." Puedes no ser tan drástico, por supuesto. Simplemente podrías hacer que los magos sean una auténtica rareza en tu mundo. O, si hay más de la cuenta, hacer lo que hizo la Inquisición cuando la Inquisición todavía era algo. O crear Academias controladas por órganos independientes, como hicieron en Dragon Age. Si sigues este camino te acercas un poco más al realismo histórico. O bien la inmensa mayoría de la población es incapaz de usar la magia para avanzar, por lo que tiran de tecnología, o bien la magia está demasiado mal vista/es demasiado peligrosa, por lo que tiran de tecnología. La cultura avanza conforme a las necesidades de los mortales. Aparecen técnicas nuevas, y con estas nuevas técnicas el mundo cambia. Y cambia su estética y su definición. Aunque con la magia siempre presente, este camino nos daría una versión más humanista de nuestra ambientación rolera. O al menos yo quiero verlo así.

Nadie se esperaba nunca a estos hideputas.

Es mucho que contar con las ideas demasiado difusas. Espero que hayáis sacado algo en claro de todo esto, porque yo llevo años sin aclararme con este tema.

Borgeos.

1 comentario:

Rabange dijo...

Eso de que la magia se carga la tecnología y la ciencia es muy relativo. Todo depende de cuantos magos haya en el mundo como comentas. Los elfos de Eragon no tienen tecnología, ¿por que? porque tienen magia, sencillamente no les hace falta. Por otro lado los enanos de Eragon son todo lo contrario como no pueden tener magia ingenian un sustituto a la misma la tecnología. Podríamos entender ciencia como la hermana pequeña y sin talento de la magia, siempre tratando de imitar por sus propios medios a su magnifica hermana mayor. La magia puede ser un gran impulsor de la tecnología, porque aunque no la impulse la necesidad de todos lo impulsa algo que podría ser incluso mas potente, la envidia y el temor de unos pocos no magos que quieren hacer lo mismo que los poderosos. Porque si la necesidad agudiza el ingenio, la envidia y el miedo lo agudizan aun mas.