lunes, 20 de abril de 2015

Ciencia y Gnosis. O nuestra cultura pop está matando a la fantasía.

Viendo la cantidad de cosas de las que me quejo, me sale más rentable hacer un listado de cosas de las que no me quejo.

Hoy vengo a rajar del siglo XXI. Bueno, más que del siglo en sí, vengo a rajar de los que viven en esta época. Y es que uno de los grandes problemas del hombre contemporáneo es que tiene la impresión equívoca de que todo lo sabe. Y lo que no lo sabe, lo puede saber echando un vistazo a su "esmartfon." Tendemos a creer que no hay nada que no podamos comprender, que nada se escapa de nuestro conocimiento. Y esta es una creencia que se extiende por toda la población, llegando incluso a los pensamientos de los más necios.

¡Toma! ¡Métete en la boca mi información!
Yo, como un buen samaritano, vengo a deciros que esta forma de pensar vuestra está fea. Hay cosas que se escapan a nuestra comprensión. Pero, bueno: no soy quien para meterme en vuestras vidas del día a día. Pero sí soy quien para hacer una crítica sobre por qué esta creencia de "El conocimiento humano es ilimitado" no debería ser trasladada a según qué ambientaciones de rol fantástico.

El primer punto en contra que encuentro es que en los mundos de fantasía ocurren fenómenos sobrenaturales de los de verdad, cosas y acontecimientos realmente inexplicables para el conocimiento humano. Y más aún para un conocimiento "humano" ambientado en una época medieval-moderna donde la física a nivel molecular y todas esas movidas de las que saben los de Big Bang Theory eran poco menos que rasgos impensables de la ciencia. No hay nivel hoy para explicarlo, y no lo había entonces. Quizás porque nuestras mentes imperfectas son incapaces de describir tales conceptos.

Estoy de acuerdo solo a medias con este mierdas. Lo culpo tanto como a Tolkien del malestar de la fantasía actual.
Estoy hablando de cosas como si en este mundo real que nos ata a todos intentásemos descubrir el nombre del mismísimo Dios, si es que este existe, y comprender cómo piensa. En mundos de fantasía sería algo así como dar una descripción precisa y detallada de la magia y su funcionamiento, o hablar a nivel molecular y atómico de la situación y composición de los distintos planos de la realidad, teorizando sobre qué energías y dimensiones operan en el plano etéreo y cuales dejan de funcionar en el plano de las sombras. Y hacer estas cosas está feo. Porque, o bien no se puede hacer, o bien no se puede hacer bien, o bien vamos a necesitar que para jugar a rol cada jugador acredite cinco licenciaturas en las más prestigiosas universidades del mundo. En otras palabras: que no hace falta ponerse tan rematadamente subnormal hablando de taquiones y partículas elementales para que tu juego tenga coherencia consigo mismo. Y eso solo a nivel científico. A nivel filosófico es todo más complicado y más simple a la vez. Es lo bueno que tiene la filosofía, que puedes decir cualquier cosa que tenga una buena base lógica que muchos la aceptarán por válida. Pero, una demostración filosófica o lógica de una cuestión de importancia tal como es la existencia de Dios o cómo funciona la magia tiene el problema de que no aporta ninguna prueba. Son conjeturas y suposiciones, nada solido aunque sea en apariencia lógico y veraz. 

El segundo punto en contra, el acceso a la información. Hoy "todo" el mundo desarrollado tiene acceso a información y educación, y se le permite ver el mundo de una manera que, aunque dista de ser adecuada, le permite comprender lo poco que pueda llegar a ver. En la edad media no había de eso. Y en nuestra ambientación fantástica tampoco debería haberlo. A no ser que basemos nuestra ambientación fantástica en un mundo basado en la posmodernidad de nuestro propio mundo y que, encima, exista desde siempre equidad sexual. 

Esto, realmente, se trata de un problema grave de concepción histórica y temporal. Y de buenismo absurdo. Aplicamos nuestros códigos morales, nuestra estructura de sociedad y nuestro nivel de conocimiento de la población media a otras épocas. Y eso es un sacrosanto disparate en el mejor de los casos. Porque en el peor de los casos habrá algún autor listillo que haya conseguido hacer eso y que quede resultón. El mundo antes era crudo y cruel. Difícil para la mayoría y un mal trago para todos en general. Pretender que ambientaciones basadas en épocas pasadas, como la medieval o la moderna, tengan una sociedad lo más parecido a la nuestra posible, pero con ropa de época y reyes y condes, que quede todo muy chulo, es un error inducido del cual culpo al innombrable autor de El Señor de los Anillos y a la industria cinematográfica moderna. De la época clásica no voy ni a hablar, que cada vez que lo hago se muere una Musa.

El tercer punto en contra, el romanticismo. Me parece muy bien, miento, que queráis explicar cada mínimo detalle de vuestra ambientación. Pero hacer un mundo tan cerrado y completo le quita parte del espíritu de exploración y aventura que le darían a vuestro mundo algo de misterio y encanto. Es por eso por lo que nos fascina el pasado y el futuro, porque entrañan misterios que intentamos resolver. Aunque, de nuevo, todo esto es opinión. La mía, para ser exactos.

Borgeos.

P.D.: Ahora en la Casa se han puesto de moda las listas. Hace un tiempo se pusieron de moda los nazis. Un besi a todas.

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